
Tuvimos la visita de Matías, otro miembro del
Hondaclub Argentina quien nos trajo su reciente adquisición: un BMW 318i del año 1992. En principio había llegado a nosotros con la idea de hacerle una limpieza a los inyectores a su auto ya que la sensación de manejo no era la que esperaba de un auto de su categoría. En la primera foto de este post, podemos ver a Boris Demczuk (*), ex-alumno y actual colaborador de Test Engine Argentina, encargado de los trabajos que se realizaron sobre este vehículo.

Con el fin de tener acceso a la rampa de inyección, iniciamos las tareas de desarme de la parte superior del múltiple de admisión. Una precaución que siempre hay que tomar en estos casos es la de sustituir las juntas del múltiple de admisión por nuevas. Una vez que la zona estuvo libre, se procedió a extraer la rampa con los 4 inyectores en cuestión.

Cuando sacamos a los inyectores para realizarle la habitual prueba de rendimiento volumétrico (previa a la limpieza), nos dimos cuenta de que los difusores internos que traen estos inyectores se encontraban totalmente deformados por haber sido expuestos a alta temperatura (seguramente una recalentada de tapa de cilindros).

Como se puede apreciar en la ampliación fotográfica el estado de estas punteras era lamentable y su negativa consecuencia sobre el cono de pulverización sería inevitable. Las punteras en su estado original poseen 3 agujeros que son los encargados de hacer un abanico de pulverización adecuado para la admisión del vehículo. Evidentemente al estar totalmente derretidas las mismas nos imaginábamos que la pulverización de los mismos sería muy pobre. Procedimos a montar a los cuatro inyectores en el banco de prueba de inyectores y no podíamos creer lo que veíamos: hay que sacarse el sombrero ante la marca BMW pues es increíble que este auto hubiese llegado andando a nuestro taller.
Video de comprobación en Banco de Prueba de Inyectores:
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